Cuadro comparativo: células eucariotas vs procariotas

Cada ser vivo está compuesto por diminutas fábricas de vida llamadas células, pero ¿sabías que no todas son iguales? Existen dos tipos fundamentales: eucariotas y procariotas. Antes de abordar su comparación, comprendamos la base de su existencia y las características que identifican a cada una.

Las células eucariotas son como pequeñas ciudades complejas, con departamentos especializados y un núcleo que actúa como cerebro central. Mientras tanto, las células procariotas son más como pequeños poblados, simples pero eficientes, sin un núcleo definido. Ambos tipos son cruciales para entender la diversidad y funcionamiento de la vida en el planeta.

En el artículo que introduce esta introducción, analizaremos en detalle las definiciones, características y funciones de las células eucariotas y procariotas. Exploraremos sus diferencias estructurales y cómo estas conducen a la diversidad de los organismos vivos, considerando también la perspectiva que nos ofrece la teoría endosimbiótica en la evolución celular. Acompáñenos en este recorrido microscópico comparativo.

Un cuadro comparativo entre células eucariotas y células procariotas puede destacar de manera efectiva las diferencias cruciales entre estos dos tipos fundamentales de células que constituyen los organismos vivos. La comparación se basa en criterios específicos, tales como la presencia de un núcleo definido, la estructura de la pared celular, y el tipo de ribosomas, y nivel de organización estructural entre otros. A continuación, se presenta la información en forma organizada y concisa:

CaracterísticaCélula EucariotaCélula Procariota
TamañoMayorMenor
NúcleoNúcleo definido con membrana nuclearSin núcleo definido
Organización estructuralNiveles de organización celular, con orgánulosMenos organización estructural, sin orgánulos
Tipo de organismosUnicelulares y pluricelulares (reinos Protista, Hongos, Animal, Vegetal)Mayoritariamente unicelulares (reino Monera)
Pared celularPresente en células vegetales y hongos, composición varíaPresente, típicamente compuesta por peptidoglicano
ADNLineal, asociado a histonas, múltiples cromosomasCircular, no asociado a histonas, único cromosoma
RibosomasGenerados en el nucleolo, mayoresMás pequeños, libres en el citoplasma
Reproducción celularMitosis y meiosisFisión binaria
Teoría EndosimbióticaRelativa a la aparición de mitocondrias y cloroplastos en eucariotasNo aplicable
Ejemplos de organismosHumanos, plantas, hongosE. coli, bacterias termales

Esta tabla no es exhaustiva, pero proporciona una visión clara de las características distintivas entre células eucariotas y células procariotas en base a información científica actual.

Células eucariotas

Las células eucariotas constituyen el núcleo, literal y figurativamente, de la vida compleja en la Tierra. Con un núcleo definido y un conjunto de orgánulos diversificados, las células eucariotas alimentan la fascinante diversidad de organismos, desde unicelulares hasta pluricelulares, que incluyen seres humanos, plantas y hongos.

Definición de células eucariotas

La definición de células eucariotas se centra en la presencia de un núcleo real, encapsulado por una membrana nuclear, que protege el ADN celular. Estas células se distinguen claramente de las procariotas por su complejidad estructural e interna, lo que se refleja en la palabra “eucariota”, que se traduce del griego como “núcleo verdadero”. Estas unidades de vida también presentan, además del núcleo, un extenso sistema de orgánulos, como son las mitocondrias y cloroplastos, que llevan a cabo funciones especializadas y vitales para el organismo.

Características de las células eucariotas

Entre las características definitorias de las células eucariotas se encuentra la compartimentalización de sus funciones vitales en orgánulos específicos. Esta complejidad implica una organización superior que permite una variedad de formas y tamaños celulares, que pueden llegar desde 10 µm hasta 100 µm. El núcleo alberga los cromosomas, los cuales están empacados en asociación con proteínas que intervienen en la regulación de la expresión génica. Las mitocondrias son compañeras esenciales en estos tipos de células, responsables de generar la energía necesaria para la vida mediante el proceso de respiración celular.

Funciones de las células eucariotas

Cada célula eucariota lleva a cabo funciones especializadas adecuadas para la supervivencia y el desarrollo. En las organismos multicelulares, la especialización es aún más prominente, ya que cada tipo de célula desempeña una función específica que contribuye al mantenimiento global del organismo. Por ejemplo, las células presentes en el intestino se especializan en la absorción de nutrientes mientras que las de las raíces en las plantas cumplen la misma función para el organismo vegetal.

Ejemplos de organismos con células eucariotas

La variedad de organismos que presentan células eucariotas es abrumadora. Plantas, animales, hongos y protistas constituyen los ejemplos perfectos de la complejidad eucariótica. Estos organismos pueden variar enormemente, desde organismos unicelulares como levaduras hasta seres pluricelulares como los seres humanos. Además, estudios paleontológicos han identificado la existencia de organismos extintos, también basados en células eucariotas, que contribuyen al entendimiento de la evolución y la diversidad de la vida en nuestro planeta.

Células procariotas

Las células procariotas, pertenecientes al amplio y primitivo reino Monera, son conocidas por su simplicidad estructural y por estar compuestas en su mayoría por organismo unicelulares como las bacterias y archaea. Estas células son claves en el mundo de la microbiología debido a su capacidad para sobrevivir en diversos entornos, hasta en los más extremos, y su importancia en procesos biológicos fundamentales.

Definición de células procariotas

Las células procariotas son las unidades básicas de vida de los organismos en el dominio de las bacterias (Eubacteria) y las archaea (Archea). Se distinguen por su carencia de un núcleo celular organizado, alojando su ADN disperso en el citoplasma directamente en contacto con todos los otros componentes celulares. Estos organismos unicelulares representan las formas de vida más primitivas de la Tierra, con registros fósiles que datan de hace aproximadamente 3.000 millones de años.

Características de las células procariotas

Las células procariotas se caracterizan por una gran diversidad en cuanto a su morfología, pudiendo adoptar formas que incluyen las esféricas, cilíndricas y espirales. Son generalmente más pequeñas que las células eucariotas y su tamaño puede variar desde aproximadamente 0,1 µm hasta 20 µm. Estas células disponen de una pared celular rígida exterior compuesta de peptidoglicano que rodea la membrana celular y, en algunos casos, una cápsula que provee una capa de protección adicional. Biológicamente, se clasifican en dos grandes divisiones: bacterias y archaeas.

Funciones de las células procariotas

Pese a su aparente simplicidad, las células procariotas desempeñan funciones vitales. Su pared celular otorga resistencia y protección, y algunos tipos de bacterias cuentan con una cápsula que provee una defensa adicional contra elementos hostiles. Los ribosomas, aunque más pequeños en comparación con los eucariotas, son cruciales en la síntesis de proteínas. La reproducción se da de manera asexual a través de la fisión binaria, proceso que genera dos células idénticas. Además, algunas células procariotas se mueven utilizando flagelos, estructuras conectadas a la membrana y a la pared celular.

Ejemplos de organismos con células procariotas

Un claro ejemplo de organismos con células procariotas son las bacterias, las cuales pueden encontrarse en prácticamente todos los entornos imaginables. Las archaeas también presentan células procariotas y han sido descubiertas en nichos ecológicos que implican condiciones extremas, tales como elevadas temperaturas o alta salinidad. Estos seres se caracterizan por su unicelularidad y por tener un material genético que se encuentra libre en el citoplasma, sin estar confinado dentro de un núcleo definido.

Diferencias entre células eucariotas y procariotas

Las células de todos los organismos vivos se clasifican principalmente en dos grandes tipos: células eucariotas y células procariotas. La característica distintiva de las células eucariotas es la presencia de un núcleo definido que contiene el ADN asociado a proteínas llamadas histonas, organizado dentro de cromosomas. Este núcleo está envuelto por una membrana nuclear doble, que lo aísla del resto del citoplasma y es vital para el control y la regulación genética. Además, estas células, que pueden ser parte de organismos unicelulares o pluricelulares como los animales, hongos, protistas y plantas, son de mayor tamaño, llegando a ser superior a 100 micras en muchos casos.

Las células procariotas, por otro lado, son significantemente más pequeñas, y su material genético se encuentra libre, flotando en el citoplasma en una única molécula de ADN circular, no asociado a histonas, y sin núcleo definido. Estas suelen ser unicelulares, como las bacterias y archaeas, y raras veces alcanzan tamaños mayores a 10 micras. La organización celular de las procariotas es mucho más simple y carecen de la mayoría de los orgánulos encontrados en las células eucariotas.

Núcleo definido

En comparación con las células procariotas, que carecen de un núcleo delimitado por una membrana y tienen su ADN disperso, las células eucariotas cuentan con un núcleo bien definido, separado del citoplasma por una envoltura nuclear. Esta configuración estructurada no solo protege el ADN, sino que también permite una regulación detallada y sofisticada de la expresión genética que facilita los procesos de síntesis de proteínas y la replicación del ADN.

Pared celular

Mientras todas las células procariotas tienen una pared celular hecha de mureína o peptidoglicano que les otorga soporte y protección, no todas las células eucariotas poseen pared celular. Donde está presente en eucariotas, como en las células vegetales y de hongos, contiene compuestos diferentes: célulosa en plantas y quitina en hongos. Las células animales, en cambio, carecen de pared celular por completo.

Retículo endoplasmático

Un componente crucial y exclusivo de las células eucariotas es el retículo endoplasmático (RE), que participa tanto en la síntesis de proteínas como en la metabolización de lípidos. Compuesto por el retículo endoplasmático rugoso y el liso, este sistema de membranas juega un papel determinante en el transporte de sustancias dentro de la célula. Las células procariotas no cuentan con un retículo endoplasmático y realizan la síntesis de proteínas en ribosomas más pequeños y menos especializados.

Membrana plasmática

Si bien tanto células procariotas como eucariotas están rodeadas por una membrana plasmática, que proporciona un límite protector y regula el intercambio de sustancias con el ambiente externo, en las eucariotas esta membrana es una parte medular en la delimitación de compartimientos y en la señalización intercelular.

Organismos unicelulares y pluricelulares

Mientras que las células procariotas equivalen a organismos unicelulares, las células eucariotas tienen la versatilidad de formar organismos tanto unicelulares como pluricelulares con una alta especialización y organización.

Célula animal y célula vegetal

Dentro de las células eucariotas, las células animales y vegetales muestran una variedad de diferencias estructurales. Entre las más notables está la ausencia de pared celular y cloroplastos en la célula animal, así como una gama de orgánulos propios que facilitan su funcionamiento complejo en diferentes tejidos y sistemas. La célula vegetal, con su pared celular rica en celulosa y cloroplastos responsables de la fotosíntesis, exhibe adaptaciones que son fundamentales en su rol en los ecosistemas terrestres.

Teoría endosimbiótica

La fascinante teoría endosimbiótica es una pieza clave en el rompecabezas de la evolución celular. Esta teoría propone que las células eucariotas, aquellas células con un núcleo definido y orgánulos especializados, han emergido a través de un proceso de asociación y colaboración íntima entre organismos procariotas primitivos. Según esta idea, las células avanzadas que conocemos hoy en día se desarrollaron cuando ciertas células procariotas vivieron de manera simbiótica, hospedándose unas dentro de otras. Uno de los postulados más atrapantes es que organelos críticos presentes en las células eucariotas, como las mitocondrias y los cloroplastos, se originaron en realidad desde antiguas células procariontes. Esta cooperación y fusión entre seres unicelulares condujo a la construcción de entidades celulares de una complejidad notable y una eficiencia metabólica superlativa.

Explicación de la teoría endosimbiótica

La excelsa teoría de la endosimbiosis fue ampliamente promovida y desarrollada por la científica Lynn Margulis a finales de la década de 1960. La esencia de esta teoría yace en el argumento de que algunas partes de las células eucariotas contemporáneas, particularmente las mitocondrias y en las células vegetales, los cloroplastos, provenían de células procariotas que en un pasado distante establecieron una relación simbiótica con células hospederas más grandes. Estas células procariotas, eventualmente, se especializaron en funciones esenciales como la producción de energía (mitocondrias) y la realización de la fotosíntesis (cloroplastos). Uno de los hallazgos críticos que respalda esta teoría es que tanto las mitocondrias como los cloroplastos contienen su propio ADN, el cual se asemeja sorprendentemente al ADN bacteriano. Además, se dividen de forma autónoma a través de un proceso semejante a la fisión binaria, lo cual es característico de las bacterias. La confluencia de estas y otras características apuntala la hipótesis de que los organelos eucarióticos no solo eran procariotas residentes, sino que mantenían una convivencia beneficiosa y esencial con sus células anfitrionas.

Implicaciones de la teoría endosimbiótica

Las consecuencias de la teoría endosimbiótica sobre nuestra comprensión de la historia de la vida en la Tierra son profundas. A través de este prisma conceptual, se propone que los eventos de endosimbiosis hace millones de años sembraron la semilla para el surgimiento de la vida tal como la conocemos. La fusión de distintas bacterias procariotas habría dado lugar a lo que conocemos como células eucariotas complejas, y, por ende, a la vasta diversidad de organismos pluricelulares, incluyendo al ser humano. Esta perspectiva no sólo resalta la importancia de la colaboración para el progreso de la vida en nuestro planeta, sino que también enfatiza que la complejidad biológica puede brotar de la humilde unión de organismos simples. La endosimbiosis, entendida así, fungió como una estrategia evolutiva trascendental, forjando nuevas rutas en la biodiversidad que condujeron a adaptaciones más sofisticadas y especializadas en las células eucariotas.

Reproducción celular

La vida en su esencia más básica se perpetúa a través del fascinante proceso de reproducción celular. En este ámbito, las células procariotas y eucariotas exhiben estrategias distintivas. Por un lado, las células procariotas optan por un camino directo y eficiente: la fisión binaria asexual, generando clones genéticamente idénticos. Esta simplicidad reproductiva les confiere la ventaja de tener multiplicación rápida, aunque con la desventaja de una limitada variabilidad genética frente a desafíos ambientales. Por el contrario, las células eucariotas emprenden un viaje reproductivo más complejo. A través de mecanismos tales como la división celular tanto asexual (fisión binaria, gemación, entre otras) como sexual, estas células fomentan el surgimiento de variabilidad genética, un atributo premium para la supervivencia en condiciones cambiantes. Este abanico de opciones reproductivas es fundamental para la diversificación y adaptabilidad de formas de vida más complejas.

Fisión binaria

La fisión binaria, en particular, destaca por su simplicidad y efectividad. Es la forma de reproducción asexual dominante en las células procariotas, donde una célula se divide para dar lugar a dos poblaciones idénticas. Aquí, la célula duplica su material genético y se parte en dos, perpetuando su legado genético en condiciones estables. Aunque es menos frecuente en células eucariotas, algunos organismos unicelulares eucariotas también utilizan la fisión binaria, y cuando lo hacen, puede presentarse junto con otros procesos reproductivos que contribuyen a la diversidad genética. La fisión binaria no debe menospreciarse, siendo crucial en contextos donde la reproducción rápida es esencial para la supervivencia de la especie.

Membrana celular y membrana nuclear

Una distinción crítica entre células procariotas y eucariotas radica en su arquitectura nuclear. Mientras que las células procariotas albergan su ADN libremente en el espacio citoplasmático conocido como nucleoide, sus contrapartes eucariotas gozan de un núcleo extensamente organizado y rodeado por una compleja membrana nuclear. Esta doble membrana nuclear no solo protege el precioso ADN de las atmósferas celulares fluctuantes sino que también regula la entrada y salida de información genética y metabolitos. Este intrincado diseño nuclear subraya la minuciosa regulación y organización que distingue a las células eucariotas.

Niveles de organización celular

Los niveles de organización celular evidencian marcadamente la densidad de la vida. En un extremo, nos encontramos con las células procariotas, especialistas en una existencia unicelular y con una simplicidad que les permite conquistar hábitats muchos desafiantes. Por el otro extremo, emergen las células eucariotas, capaces de trascender el reino de lo unicelular para forjar seres pluricelulares complejos. Este salto cualitativo en la organización celular da paso a un sinfín de especializaciones y a una interconexión que define a la mayoría de los organismos vivos de mayor complejidad conocidos hasta la fecha.

Organismos vivos y estructura celular

La biodiversidad del planeta Tierra queda enmarcada por la estructura de sus células constituyentes. Tanto las células procariotas como las eucariotas forman la base de todos los organismos vivos, desde las formas más simples hasta las más complejas. Las procariontes, con su primitiva apariencia y su estructura celular menos organizada, ofrecen un vistazo a la tenacidad de la vida en condiciones extremas. Las eucariotas, por otro lado, con su estructura celular definida y sofisticada, ponen de manifiesto la versatilidad de la vida para evolucionar hacia entidades altamente ordenadas, ya sean unicelulares o parte de un todo pluricelular. Ambos tipos celulares, con sus características distintivas, encarnan los milagros de la existencia en un cosmos donde la complejidad y la simplicidad danzan en equilibrio constante.

Conclusiones

Las células pueden clasificarse en dos grandes tipos: las eucariotas y las procariotas. Las células eucariotas son evolutivamente más modernas, con registros fósiles datados en aproximadamente 1.500 millones de años, en comparación con los 3.000 millones de años de las células procariotas. A diferencia de estas últimas, las eucariotas cuentan con un núcleo definido que alberga su ADN.

Las células procariotas son entidades sencillas, generalmente unicelulares y de menor tamaño, que no superan los 10 micras. Habitualmente, se asocian con organismos unicelulares como las bacterias. Por otro lado, las células eucariotas, que pueden formar organismos unicelulares y pluricelulares, son reconocibles por su tamaño mayor (sobre 100 micras) y por su compleja organización interna, incluyendo varias organelas como el retículo endoplasmático.

En la rama de la biología, las células eucariotas son conocidas por su increíble diversidad, comprendiendo organismos tan variados como animales, plantas, hongos y protistas. En comparación, las células procariotas engloban a las bacterias, conocidas por su habilidad para sobrevivir en condiciones extremas. Esta diversidad refleja la amplia variedad de funciones y procesos que pueden llevar a cabo las células basándose en su estructura interna.

Scroll al inicio